Aveces me pongo a pensar en los tiempos de mi abuelita, o, por qué no,los de mi madre, y cómo han cambiado...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
Aveces me pongo a pensar en los tiempos de mi abuelita, o, por qué no,los de mi madre, y cómo han cambiado...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
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