miércoles, 24 de febrero de 2010
Un domingo de Carnaval en Santiago
Hoy me he dado un baño de pueblo!!
Hoy sentí el sudor de mis hermanos en sana diversión!
Hoy viví una experiencia extraordinaria!
Hoy viví en mi pueblo nuestro carnaval!
Confieso que poco me faltó para pedir una careta y un fuete y unirme al bullicio de mi gente!!
Cómo gozan!
Pasadas las 4:30 de la tarde, llegamos a la calle Las Carreras, de mi ciudad Santiago, la típica música “Baila en la Calle” y a su compás, el desfile de los lechones.
La alegría del lugar se hacía sentir, los diferentes merengues haciendo alusión al carnaval, y así los bailaban una comparsa de niñas, con falditas y blusas muy cortas.
Los niños no se quedaron en sus casas, pudimos observar una comparsa de muchachitos con sus fuetes, impresionante, además vestían unos disfraces de lechones con colores neón muy vistosos y llamativos.
Se escucha la canción de kinito Méndez, “Carnaval, Carnaval” y es cuando percibo que todos los apartamentos de la calle Las Carreras de Santiago, sus balcones estaban llenos de dominicanos entusiasmados observando el desfile de la gama de máscaras que pasaban por sus frentes. Pero no sólo los balcones, sino también, las azoteas de los edificios.
Haciendo círculos en el cielo, había un helicóptero, filmando desde lo alto aquel espectáculo de la mezcla de colores y máscaras, bailes y el gentío que parecía interminable…
En ésta calle tan importante de Santiago, no faltó el yunyunero, el heladero, promociones de empresas como ferreterías, supermercados, empresas telefónicas, cervecerías, bancos, bebidas de soda, lo que también adornan la calle Las Carreras con sus vistosos colores y crea un ambiente de verdadero júbilo carnavalesco.
Los colores neón resaltaron en los lechones del Carnaval, aunque no faltó el disfraz con patines, el diablo cojuelo, comparsa de baile típico, la del equipo de fútbol, los faraones, los tradicionales Joyeros de Pueblo Nuevo y los Pepineros en santa paz.
La comparsa de lechones “Los Confraternos” en sus cuernos tenían plumas de colores, entre azul, rosado, verde, rojo, anaranjado y sus zapatos, mitad azul y mitad verde brillantes.
Todo aquel torrente de máscaras, iban subiendo Las Carreras, en dirección hacia el Monumento a los Héroes de la Restauración.
Entre cascabeles, pitos, algarabía, tambores, sonaba a todo volumen, Milly Quesada con la GUACHARNA.
Entre bailes y espejos, pasa la comparsa infantil “Los Originales” con una mezcla llamativa de colores como rojo, amarillo, verde y blanco.
Al ritmo de la canción Quiero un Sapito, hace su desfile un “roba la gallina” el tradicional traje arapiento, sombrilla rota y sigue su paso entre güira y tambora.
Siguen las ocurrencias de los hermanos dominicanos con sus disfraces, y nos encontramos con la comparsa “Los viejitos de 100fuegos” todos con sacos negros y se tiraban en la calle largo a largo, me imagino que para llamar la atención de su gente.
Barack Obama y su bella familia desfiló portando su bandera estadounidense.
Tampoco se quedó el hombre en zancos, vestido de azul y amarillo, con un sombrerito verde y un trébol pegado, antifaz morado y peluca de muchos colores, estaba muy gracioso.
Michael Jackson, fue personificado por un criollo nuestro, un niño con un talento impresionante, todos fuimos a verlo y era casi imposible de tanta gente que el niño le llamó la atención, pues no solamente desfiló, sino que también bailo el moom walk acompañado de movimientos que caracterizan el baile y el personaje. Su traje negro lleno de brillo, sus pantalones brinca charcos, sus medias blancas y zapatitos negros, pelo largo, una cola y sombrerito, era Michael en miniatura… Oh, y su carita muy blanca!
Las caretas de los lechones “Los Reyes” tenían flores, ésta comparsa es muy bonita porque los trajes tienen muchos espejos, cascabeles, lentejuelas y son de colores diversos.
Desde el medio de la calle Las Carreras, cuando volteo, viene bajando La Puerta del Conde con los Padres de la Patria, Mella con su gran bazuca, listo para lanzar el trabucazo que nos declaró como isla independiente, Duarte con la Biblia en una mano y la otra en su pecho y Sánchez con una larga espada. Todo aquello lo empujaba un pobre hombre, cansado de arrastrar, pero le daba valor el entusiasmo de desfilar por el medio de toda su gente dominicana.
Los “Roqueros” era de arrastrarse de la risa, con aquellas pelucas largas, guitarras, pantalones brillosos y sumamente apretados, parecían que iban a estallar, y antiguos discos de pasta debajo de sus brazos.
De los Ciruelitos, desfilaron los TUAREJ, éstos no usaban caretas, sino, máscaras, sin cuernos, son rosados y negros, sus trajes tenían espejos y cascabeles. Estaban bonitos pero raros, pues estaban bolos, sin sus chifles..
También bajando las Carreras, hacia la dirección de Hermanas Mirabal, de El Ejido desfiló la comparsa, Papá, mis hijos, un pobre hombre cayéndose de la miseria, con dos cáscaras de naranja en los ojos con hoyitos para ver, peluca y barba con bigotes gris, pegada de la falta de condición, pipa, bastón, botas, ropa, todo en muy mal estado y 12 hijos a su cargo… pobrecito!!
Estoy ubicada en el medio de la calle, y viene subiendo la muerte y al mismo tiempo bajando el diablo, vestido de rojo y negro, con alas iguales, sumamente feo.
Los trasvestis vieron una oportunidad de lanzarse al gozo del folklor, y dejaron salir sin límites todos sus atributos en sus “provocantes” atuendos.
Creía que el desfile ya se iba terminando alrededor de las 5:00 de la tarde, pero todavía a las 5:30 seguía el entusiasmo, el helicóptero seguía su labor, y los bebés aún durmiendo estaban disfrazados y desfilando.
El león salió de la jaula para también sentir el sabor de ser dominicano.
Me daba cuenta de que las calles se llenaban cada vez más de serpentinas, confetis y papelitos de colores, de música, esplendor, máscaras y gozadera…
Para recordar nuestros orígenes, desfiló Enriquillo con otros indios más.
Los príncipes del carnaval, consistían en lechones, que, entre los cuernos usaban una corona de príncipes.
Es tanta la originalidad y la gracia del dominicano, que solamente en éste tipo de eventos es que nos damos cuenta de lo que es un verdadero dominicano.
Las comparsas de las chicas bailando en poquita ropa, faldita roja, blusita verde, con movimientos algo fuera de serie y poco elegantes.
Ya he visto muchas cosas, estoy cansada, cuando bajando la calle Las Carreras, logro ver a la imagen que representa el carnaval nuestro, el que más lo goza, el que desfila con una sonrisa para su gente, ese mismo es, me refiero a Raudy Torres, con su traje de mandarín chino, y gorro dominicano, lleno de lentejuelas, un maquillaje muy profesional y muy exagerado, guiando su comparsa entre lentejuelas, bailes, glamour, brillo, y mucho entusiasmo, así se va alejando, dejando atrás las calles llenas de lechones, pavos reales,la Gatúbela, hombres con los cuerpos untados de aceite negro,y cuando ya decido dejar el carnaval a las 6:45, todavía con un entusiasmo explosivo, las calles aún llenas de máscaras y colores, hasta más allá ese Monumento imponente, discreto, cómplice y testigo de tantos momentos emocionantes vividos en nuestro Santiago valiente, decidido, y a la vez alegre, entusiasta, festivo, testigo de nuestra música de nuestro colorido de nuestro folklore.
Esa es nuestra gente… ese es nuestro carnaval!
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