miércoles, 24 de febrero de 2010
Un domingo de Carnaval en Santiago
Hoy me he dado un baño de pueblo!!
Hoy sentí el sudor de mis hermanos en sana diversión!
Hoy viví una experiencia extraordinaria!
Hoy viví en mi pueblo nuestro carnaval!
Confieso que poco me faltó para pedir una careta y un fuete y unirme al bullicio de mi gente!!
Cómo gozan!
Pasadas las 4:30 de la tarde, llegamos a la calle Las Carreras, de mi ciudad Santiago, la típica música “Baila en la Calle” y a su compás, el desfile de los lechones.
La alegría del lugar se hacía sentir, los diferentes merengues haciendo alusión al carnaval, y así los bailaban una comparsa de niñas, con falditas y blusas muy cortas.
Los niños no se quedaron en sus casas, pudimos observar una comparsa de muchachitos con sus fuetes, impresionante, además vestían unos disfraces de lechones con colores neón muy vistosos y llamativos.
Se escucha la canción de kinito Méndez, “Carnaval, Carnaval” y es cuando percibo que todos los apartamentos de la calle Las Carreras de Santiago, sus balcones estaban llenos de dominicanos entusiasmados observando el desfile de la gama de máscaras que pasaban por sus frentes. Pero no sólo los balcones, sino también, las azoteas de los edificios.
Haciendo círculos en el cielo, había un helicóptero, filmando desde lo alto aquel espectáculo de la mezcla de colores y máscaras, bailes y el gentío que parecía interminable…
En ésta calle tan importante de Santiago, no faltó el yunyunero, el heladero, promociones de empresas como ferreterías, supermercados, empresas telefónicas, cervecerías, bancos, bebidas de soda, lo que también adornan la calle Las Carreras con sus vistosos colores y crea un ambiente de verdadero júbilo carnavalesco.
Los colores neón resaltaron en los lechones del Carnaval, aunque no faltó el disfraz con patines, el diablo cojuelo, comparsa de baile típico, la del equipo de fútbol, los faraones, los tradicionales Joyeros de Pueblo Nuevo y los Pepineros en santa paz.
La comparsa de lechones “Los Confraternos” en sus cuernos tenían plumas de colores, entre azul, rosado, verde, rojo, anaranjado y sus zapatos, mitad azul y mitad verde brillantes.
Todo aquel torrente de máscaras, iban subiendo Las Carreras, en dirección hacia el Monumento a los Héroes de la Restauración.
Entre cascabeles, pitos, algarabía, tambores, sonaba a todo volumen, Milly Quesada con la GUACHARNA.
Entre bailes y espejos, pasa la comparsa infantil “Los Originales” con una mezcla llamativa de colores como rojo, amarillo, verde y blanco.
Al ritmo de la canción Quiero un Sapito, hace su desfile un “roba la gallina” el tradicional traje arapiento, sombrilla rota y sigue su paso entre güira y tambora.
Siguen las ocurrencias de los hermanos dominicanos con sus disfraces, y nos encontramos con la comparsa “Los viejitos de 100fuegos” todos con sacos negros y se tiraban en la calle largo a largo, me imagino que para llamar la atención de su gente.
Barack Obama y su bella familia desfiló portando su bandera estadounidense.
Tampoco se quedó el hombre en zancos, vestido de azul y amarillo, con un sombrerito verde y un trébol pegado, antifaz morado y peluca de muchos colores, estaba muy gracioso.
Michael Jackson, fue personificado por un criollo nuestro, un niño con un talento impresionante, todos fuimos a verlo y era casi imposible de tanta gente que el niño le llamó la atención, pues no solamente desfiló, sino que también bailo el moom walk acompañado de movimientos que caracterizan el baile y el personaje. Su traje negro lleno de brillo, sus pantalones brinca charcos, sus medias blancas y zapatitos negros, pelo largo, una cola y sombrerito, era Michael en miniatura… Oh, y su carita muy blanca!
Las caretas de los lechones “Los Reyes” tenían flores, ésta comparsa es muy bonita porque los trajes tienen muchos espejos, cascabeles, lentejuelas y son de colores diversos.
Desde el medio de la calle Las Carreras, cuando volteo, viene bajando La Puerta del Conde con los Padres de la Patria, Mella con su gran bazuca, listo para lanzar el trabucazo que nos declaró como isla independiente, Duarte con la Biblia en una mano y la otra en su pecho y Sánchez con una larga espada. Todo aquello lo empujaba un pobre hombre, cansado de arrastrar, pero le daba valor el entusiasmo de desfilar por el medio de toda su gente dominicana.
Los “Roqueros” era de arrastrarse de la risa, con aquellas pelucas largas, guitarras, pantalones brillosos y sumamente apretados, parecían que iban a estallar, y antiguos discos de pasta debajo de sus brazos.
De los Ciruelitos, desfilaron los TUAREJ, éstos no usaban caretas, sino, máscaras, sin cuernos, son rosados y negros, sus trajes tenían espejos y cascabeles. Estaban bonitos pero raros, pues estaban bolos, sin sus chifles..
También bajando las Carreras, hacia la dirección de Hermanas Mirabal, de El Ejido desfiló la comparsa, Papá, mis hijos, un pobre hombre cayéndose de la miseria, con dos cáscaras de naranja en los ojos con hoyitos para ver, peluca y barba con bigotes gris, pegada de la falta de condición, pipa, bastón, botas, ropa, todo en muy mal estado y 12 hijos a su cargo… pobrecito!!
Estoy ubicada en el medio de la calle, y viene subiendo la muerte y al mismo tiempo bajando el diablo, vestido de rojo y negro, con alas iguales, sumamente feo.
Los trasvestis vieron una oportunidad de lanzarse al gozo del folklor, y dejaron salir sin límites todos sus atributos en sus “provocantes” atuendos.
Creía que el desfile ya se iba terminando alrededor de las 5:00 de la tarde, pero todavía a las 5:30 seguía el entusiasmo, el helicóptero seguía su labor, y los bebés aún durmiendo estaban disfrazados y desfilando.
El león salió de la jaula para también sentir el sabor de ser dominicano.
Me daba cuenta de que las calles se llenaban cada vez más de serpentinas, confetis y papelitos de colores, de música, esplendor, máscaras y gozadera…
Para recordar nuestros orígenes, desfiló Enriquillo con otros indios más.
Los príncipes del carnaval, consistían en lechones, que, entre los cuernos usaban una corona de príncipes.
Es tanta la originalidad y la gracia del dominicano, que solamente en éste tipo de eventos es que nos damos cuenta de lo que es un verdadero dominicano.
Las comparsas de las chicas bailando en poquita ropa, faldita roja, blusita verde, con movimientos algo fuera de serie y poco elegantes.
Ya he visto muchas cosas, estoy cansada, cuando bajando la calle Las Carreras, logro ver a la imagen que representa el carnaval nuestro, el que más lo goza, el que desfila con una sonrisa para su gente, ese mismo es, me refiero a Raudy Torres, con su traje de mandarín chino, y gorro dominicano, lleno de lentejuelas, un maquillaje muy profesional y muy exagerado, guiando su comparsa entre lentejuelas, bailes, glamour, brillo, y mucho entusiasmo, así se va alejando, dejando atrás las calles llenas de lechones, pavos reales,la Gatúbela, hombres con los cuerpos untados de aceite negro,y cuando ya decido dejar el carnaval a las 6:45, todavía con un entusiasmo explosivo, las calles aún llenas de máscaras y colores, hasta más allá ese Monumento imponente, discreto, cómplice y testigo de tantos momentos emocionantes vividos en nuestro Santiago valiente, decidido, y a la vez alegre, entusiasta, festivo, testigo de nuestra música de nuestro colorido de nuestro folklore.
Esa es nuestra gente… ese es nuestro carnaval!
sábado, 20 de febrero de 2010
MUJER DE HOGAR... MUJER DE OFICINA...
Aveces me pongo a pensar en los tiempos de mi abuelita, o, por qué no,los de mi madre, y cómo han cambiado...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
Aveces me pongo a pensar en los tiempos de mi abuelita, o, por qué no,los de mi madre, y cómo han cambiado...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
Aveces me pongo a pensar en los tiempos de mi abuelita, o, por qué no,los de mi madre, y cómo han cambiado...
Antes la mujer era la del hogar, de los hijos, la que cuidaba y se entregaba a su marido por completo, también la que en muchos casos aguantaba en silencio las inmoralidades de su esposo, en dado caso de que se enterara, porque la mujer debía aguantar para defender su matrimonio y su familia unida.
La casa siempre tenía calor de hogar, a cualquier hora había un gesto de cariño y con sus ternuras y el paso de los años, se iban convirtiendo en troncos familiares por lo que uno visitaba esas casas y ahí encontraba tíos simpáticos, primos para jugar, las piernas de la abuela que simpre le cabían todos los nietos por muchos que fueran, y la verdad son épocas que no se olvidan, mucho menos esas caras llenas de amor para todos.
Ahora el tiempo que estamos viviendo, algo agitado, la mujer ha tomado el mando de muchas situaciones, ahora somos super mujeres, pues atendemos al marido, la casa, los hijos, el trabajo, limpiamos, cocinamos, manejamos vehículos, las llamadas en la casa son interminables, de muchas y largas, el celular no cesa, el jefe, el horario y ahora, las maniobras que las mujeres tenemos que hacer para subsistir son casi mágicas.
La mujer se ha esforzado mucho para la superación personal, eso lo encuentro exelente, lo que no encuentro tan bien es el querer superar al hombre en cuanto a capacidad, en ingresos mensuales, y responsabilidades, y muchas veces en la mayoría de los casos, quieren superar a sus propios esposos.
La mujer de oficina debe tener mucho cuidado, es bueno producir, es exelente el apoyo en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo a nivel mundial, pero si se levanta de madrugada, a ponerse "bella" para un jefe, explotada en el trabajo, no puede pedir permiso ni para llevar a su niño al médico, mejor lo deja en la guardería todo el día, claro, ahí no se va a morir, no puede atender al marido en el desayuno, porque ella tiene que irse rápido, el salón de belleza, la sonrisa, las uñas postizas, mientras la muchacha está cocinando algo para agradar al marido cuando vaya a almorzar al medio día con los niños cuando lleguen de la escuela, pero como solamente es un rato, porque luego tiene que volver a trabajar y los niños toda la tarde en sala de tareas para que estén seguros, aunque las calificaciones lleguen cada mes más baja, no importa, porque despúes que ella salga del gimnasio los busca, de noche, muertos del cansancio para que no duren mucho despiertos y se acuesten, porque la mujer de oficina que se la pasa trabajando "necesita su espacio" para hablar de la dieta que esta llevando con su amiga. Cuando llega la hora de dormir, el esposo tiene prohibido acercase a ella porque tiene las cremas en la cara contra la vejez, además está muy ocupada eligiendo el atuendo para el día siguiente, ya que saldrá a almorzar con un hombre, no crean que es su marido, no, UN CLIENTE, en el mejor de los casos...
Creo, particularmente, que la mujer sí hizo bien en superarse, en ser más productiva, en que cuando llegó la moda de la liberación femenina, debió tomar y dejar, no tomarlo todo tan a pecho, porque la mujer es sencible, es débil por naturaleza, se cansa, se enferma,además me pregunto, dónde queda el concepto de la educación de sus hijos, quién se encarga de darles el "buen" ejemplo, dónde están los sentimientos para su esposo, se le quiebra la familia sin darse cuenta, porque ella se pasa el día frente a un monitor de computadora, dándosela de mujer "moderna", el diálogo familiar desaparece, ya no hay temas de qué hablar, se convierten en extraños bajo un mismo techo, en fin, la liberación femenina es un arma de doble filo, donde la mujer entra en competencia con el hombre, donde persigue cosas de valor, olvidando lo que realmente tiene valor en su vida.
Mujeres, hay que trabajar, hay ser prodctivas, pero mucho ojo, nunca dejemos en un escritorio de una oficina lo que necesita nuestros hogares...
viernes, 12 de febrero de 2010
Crónica de una madre un día Miércoles...
Suena el despertador a las 6:00 de la mañana, y no tengo fuerzas para levantarme y comenzar un nuevo día, es Miércoles, justo mitad de semana laboral, hasta que encontré valor para levantarme, luego de una visita corta en el baño, dientes, cara, entre otras, luchar con levantar a los niños para ir al colegio. Ya son las 6:30 de la mañana, cuando se inician los muñequitos en la tele, yo con las noticias tratando de oír algo, pero tengo que hacer desayuno para ellos, lonchera para el más pequeño, ayudarlo con el uniforme, los dientes, peinarlos, un poco de perfume y justo a las 7:00 a.m. como todas las mañanas, de camino al cole.
A partir las 7:15 a.m., tomo un espacio para mí, ejercicios, un buen baño, un desayuno ligero, me arreglo lo más que doy y a las 8:30 de la mañana, los días Miércoles, estoy en el salón lavándome el pelo para la presentación en la televisión del día siguiente. A las 9:20 de la mañana, el muchacho que edita mis documentales, me está esperando, lo que me lleva un buen rato y me sorprende la hora de ir a buscar a mi niño al pre escolar a las 12:00 del mediodía. Muchas veces dejo el trabajo en la revisión final para grabarlo. Al parecer todo, hasta ahora, va sobre ruedas...
Cuando llego a casa, quito uniforme, lo sustituyo por ropita fresca para el día y salir de nuevo a buscar el más grandecito que sale a la 1:00 p.m.
El sol, el calor de esa hora, y los tapones, son infernales, las bocinas, el AMET haciendo el tapón más grande y sólo veo el tanque de la gasolina como va mermando… pero mantengo la calma…
Al fin llego nuevamente al colegio, y llegamos a casa a la 1:30, a poner mesa, comer rápido, quitar la mesa, dar una fregadita y a las 2:15 de camino a unas clases de tarde de mi hijo mayor. El pequeño va en el camino, tomándose una leche para completar su almuerzo. Cuando dejamos al hermano, siento un silencio en el vehículo, y es que el niño más pequeño se durmió.
Vengo de regreso por la Banito Juárez, y ando muy prudente como siempre, alcanzo a ver un haitiano, que tiene interés de cruzar la calle y recuerdo el terremoto del pasado 12 de Enero, me enternece y le doy paso, pues el hombre comienza a bailar y sacarme la lengua, casi a las 2:30 de la tarde, la mente mía no estaba en eso, pero me río, porque no tengo otra opción, el saca su blanca caja de dientes y me dice “alió loña!” por lo que me imagino, que ni se entreró de ningún terremoto en su país…
Y ahora para dónde voy con el niño durmiendo, si la clase del mayor es sólo 1 hora… Recuerdo que cerca hay una iglesita, me dirijo a ella, parqueo y me quedo orando por todos dentro del vehículo, un rato hasta la salida del niño, debajo de un gran árbol que me brinda su sombra. Ahí me siento más tranquila, es como estar aislado… me refresco, descanso un poco, me relajo…
Pero cuando estoy más relajada y lejos de éste mundo!! Me sorprendo cuando ya son las 3:15 de la tarde debo dejar la oración y voy corriendo a buscar el niño para llevarlo a la clase de inglés, que empieza a las 3:30 de la tarde y en lo que salgo de la iglesia y llego donde está el niño, más los tapones, semáforos y que llegue a buen tiempo a su siguente clase, es justo el momento para salir a recogerlo.
Cuando se monta en el vehículo me dice, que tiene tarea de inglés sin hacer, por lo que no falta mi impaciencia, le hago una corrección, y termino ayudándolo una esquina antes del instituto, en una sombrita, para que no quede mal con la teacher. 3:32 minutos, llegó a tiempo el muchachito.
Mientras él está en las clases, yo me dirijo a recoger el DVD que ya está listo, voy al banco a pagar la tarjeta, también a pagar el cable, ya son las 4:30 pero pensé que debía pasar por donde la doctora de la terapia familiar, con el chiquito al hombro, pues aún duerme, para contarle algunas novedades que había percibido y que ella tenía que enterarse.
Ando rápido, porque el niño sale de la clase de inglés a las 4:45, pero la doctora todavía tenía una paciente dentro y no se había enterado que yo estaba allí. Están pasando los minutos, yo me estoy impacientando, no puedo despertar al niño, pues como son temas adultos que trataré con la doctora, mejor que duerma, pero ya el otro niño salió de la clase, justo cuando la doctora me manda a entrar, 4:45 en punto!!
Respiro hondo, pero no puedo dejar pasar la oportunidad con ella, le cuento rápido los por menores, ella me da algunos tips, y cuando salgo, miro el reloj, abro los ojos como los descontinuados medio pesos, y con un brinco en el corazón, que siento que se me va a salir, veo que ya son las 5:05.
Monté el niño durmiendo y arranco en bola de humo. Llego a la clase del mayor, me estaba esperando, no sé quién tiene mejor cara, si el vigilante del instituto o el niño, pero al acercarse a mí, se le refleja una sonrisa en el rostro, y me saluda cariñoso… no preguntó el porqué de mi tardanza, me imagino que ya sabe cómo vivo…
Estoy cansada, acalorada, babiada, desesperada, con la lengua como una corbata del agitado día y sólo deseo un baño, ropa cómoda, sin mucha tela, y descansar, pero es hora de hacer tarea, el pequeño se despertó cuando lo subía por las escaleras, ya son casi las 6:00 de la tarde, mejor que haya despertado…
Mis sueños son troncados, cuando a esa hora, es mi hora pico, pues se me junta la tarea del grande, el pequeño, no le ponen mucha tarea, pero tuvo también ese miércoles y nos ponemos en eso en seguida.
6:30 ya tengo que bañar al pequeño, todavía el grande no termina de sus obligaciones, me llama cada 5 minutos a ver si va bien en sus labores, me desespero porque ya estoy haciendo la cena para ellos, me estoy halando los moños, pero sé que necesita mi ayuda.
A las 7:00 concluye sus quehaceres, saca los libros del día siguiente, yo, los uniformes, en lo que los niños cenan, ven televisión hasta las 8:00 y a las 8:30 a la cama los dos, la visita que hice en la mañana al salón de belleza, se quedó en las calurosas y polvorientas calles transitadas en el día.
Ellos rezan el Angelito de la Guarda…y… es cuando me doy cuenta de una circular del colegio, del curso del menor, que dice que yo tenía que asistir a una reunión de padres delegados a las 7:00 de la noche, "SIN FALTA"………. Aaaaaayyyyyy!!!
A partir las 7:15 a.m., tomo un espacio para mí, ejercicios, un buen baño, un desayuno ligero, me arreglo lo más que doy y a las 8:30 de la mañana, los días Miércoles, estoy en el salón lavándome el pelo para la presentación en la televisión del día siguiente. A las 9:20 de la mañana, el muchacho que edita mis documentales, me está esperando, lo que me lleva un buen rato y me sorprende la hora de ir a buscar a mi niño al pre escolar a las 12:00 del mediodía. Muchas veces dejo el trabajo en la revisión final para grabarlo. Al parecer todo, hasta ahora, va sobre ruedas...
Cuando llego a casa, quito uniforme, lo sustituyo por ropita fresca para el día y salir de nuevo a buscar el más grandecito que sale a la 1:00 p.m.
El sol, el calor de esa hora, y los tapones, son infernales, las bocinas, el AMET haciendo el tapón más grande y sólo veo el tanque de la gasolina como va mermando… pero mantengo la calma…
Al fin llego nuevamente al colegio, y llegamos a casa a la 1:30, a poner mesa, comer rápido, quitar la mesa, dar una fregadita y a las 2:15 de camino a unas clases de tarde de mi hijo mayor. El pequeño va en el camino, tomándose una leche para completar su almuerzo. Cuando dejamos al hermano, siento un silencio en el vehículo, y es que el niño más pequeño se durmió.
Vengo de regreso por la Banito Juárez, y ando muy prudente como siempre, alcanzo a ver un haitiano, que tiene interés de cruzar la calle y recuerdo el terremoto del pasado 12 de Enero, me enternece y le doy paso, pues el hombre comienza a bailar y sacarme la lengua, casi a las 2:30 de la tarde, la mente mía no estaba en eso, pero me río, porque no tengo otra opción, el saca su blanca caja de dientes y me dice “alió loña!” por lo que me imagino, que ni se entreró de ningún terremoto en su país…
Y ahora para dónde voy con el niño durmiendo, si la clase del mayor es sólo 1 hora… Recuerdo que cerca hay una iglesita, me dirijo a ella, parqueo y me quedo orando por todos dentro del vehículo, un rato hasta la salida del niño, debajo de un gran árbol que me brinda su sombra. Ahí me siento más tranquila, es como estar aislado… me refresco, descanso un poco, me relajo…
Pero cuando estoy más relajada y lejos de éste mundo!! Me sorprendo cuando ya son las 3:15 de la tarde debo dejar la oración y voy corriendo a buscar el niño para llevarlo a la clase de inglés, que empieza a las 3:30 de la tarde y en lo que salgo de la iglesia y llego donde está el niño, más los tapones, semáforos y que llegue a buen tiempo a su siguente clase, es justo el momento para salir a recogerlo.
Cuando se monta en el vehículo me dice, que tiene tarea de inglés sin hacer, por lo que no falta mi impaciencia, le hago una corrección, y termino ayudándolo una esquina antes del instituto, en una sombrita, para que no quede mal con la teacher. 3:32 minutos, llegó a tiempo el muchachito.
Mientras él está en las clases, yo me dirijo a recoger el DVD que ya está listo, voy al banco a pagar la tarjeta, también a pagar el cable, ya son las 4:30 pero pensé que debía pasar por donde la doctora de la terapia familiar, con el chiquito al hombro, pues aún duerme, para contarle algunas novedades que había percibido y que ella tenía que enterarse.
Ando rápido, porque el niño sale de la clase de inglés a las 4:45, pero la doctora todavía tenía una paciente dentro y no se había enterado que yo estaba allí. Están pasando los minutos, yo me estoy impacientando, no puedo despertar al niño, pues como son temas adultos que trataré con la doctora, mejor que duerma, pero ya el otro niño salió de la clase, justo cuando la doctora me manda a entrar, 4:45 en punto!!
Respiro hondo, pero no puedo dejar pasar la oportunidad con ella, le cuento rápido los por menores, ella me da algunos tips, y cuando salgo, miro el reloj, abro los ojos como los descontinuados medio pesos, y con un brinco en el corazón, que siento que se me va a salir, veo que ya son las 5:05.
Monté el niño durmiendo y arranco en bola de humo. Llego a la clase del mayor, me estaba esperando, no sé quién tiene mejor cara, si el vigilante del instituto o el niño, pero al acercarse a mí, se le refleja una sonrisa en el rostro, y me saluda cariñoso… no preguntó el porqué de mi tardanza, me imagino que ya sabe cómo vivo…
Estoy cansada, acalorada, babiada, desesperada, con la lengua como una corbata del agitado día y sólo deseo un baño, ropa cómoda, sin mucha tela, y descansar, pero es hora de hacer tarea, el pequeño se despertó cuando lo subía por las escaleras, ya son casi las 6:00 de la tarde, mejor que haya despertado…
Mis sueños son troncados, cuando a esa hora, es mi hora pico, pues se me junta la tarea del grande, el pequeño, no le ponen mucha tarea, pero tuvo también ese miércoles y nos ponemos en eso en seguida.
6:30 ya tengo que bañar al pequeño, todavía el grande no termina de sus obligaciones, me llama cada 5 minutos a ver si va bien en sus labores, me desespero porque ya estoy haciendo la cena para ellos, me estoy halando los moños, pero sé que necesita mi ayuda.
A las 7:00 concluye sus quehaceres, saca los libros del día siguiente, yo, los uniformes, en lo que los niños cenan, ven televisión hasta las 8:00 y a las 8:30 a la cama los dos, la visita que hice en la mañana al salón de belleza, se quedó en las calurosas y polvorientas calles transitadas en el día.
Ellos rezan el Angelito de la Guarda…y… es cuando me doy cuenta de una circular del colegio, del curso del menor, que dice que yo tenía que asistir a una reunión de padres delegados a las 7:00 de la noche, "SIN FALTA"………. Aaaaaayyyyyy!!!
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