domingo, 21 de julio de 2019

Mi Tierra


Por:  Lynn Vargas


A lo largo de nuestra historia,
Gente buena y de valor,
Lucharon por esta Nación,
Con voz alta... con fervor!


Con mucha razón defendían,
Este pedazo de isla,
Donde en ella permanecían,
Montañas y playas bien lindas!

Era una Tierra mágica,
Donde nadie se perdía,
Si necesitas orientarte,
Un dominicano, te enseña la vía.

Tierra dominicana!
Tierra bendecida!
Colmada de gente sana,
Y rostros rebosantes de alegría…

Mi país fue seguro,
Noticias malas, no se oían,
Andando al compás del merengue,
Confiados y con alegría.


Hay veces que me pregunto:
Dónde se fue mi Tierra?
No entiendo tantas cosas,
Como si aquí no viviera .

Tenemos un presidente único,
Les juro, que no lo hay en ningún país,
Danilo es totalmente mudo,
Y oye cuando le conviene oir.

Las protestas no lo inmutan,
El grito del pueblo, lo ignora,
Y con su gran silencio,
Hace lo que se le antoja.

La inteligencia del dominicano,
Danilo no la valora,
Pero nosotros sabemos,
Que el país se deteriora.

Aquí tenemos el dengue,
Que sigue cobrando vidas,
También a Marlin Martínez,
Que le falló la justicia.


Los hospitales se caen,
Encima de los enfermos,
Una miseria espantosa,
Pero somos de “clase media”.

La delincuencia nos arropa,
En este hermoso paisaje,
Tierra, de gente buena,
Tierra, llena de hambre!

La violencia no les llega,
A los oídos del Palacio,
Eso es una PERCEPCION,
O locura de los dominicanos.

Y si es la canasta familiar,
Por las nubes eso está,
No me puedo imaginar,
Cuando la “clase media” va a comprar!

Catalina y Odebrech,
Es el cuento de no acabar,
Pero sigue siendo el rey,
El que más pudo embuchar!


Todo funciona mal,
En este hermoso país,
Ya no vienen los turistas,
Porque vuelan lejos de aquí.

Dónde está mi país,
Herencia de los Trinitarios,
Que nos dejaron independientes,
De la invasión de los haitianos?

Nuestra Tierra está huérfana,
Se nos cae en mil pedazos,
Y es difícil recoger,
Cuando ya se salió de las manos.

Todavía el presidente cree,
Que el dominicano es un payaso,
Y así quiere la reforma,
Para un tercer mandato.

Presidente:
Ya pasó su tiempo,
E pa fuera que van!
El color morado entero,
Porque jartos, estamos ya!!!



sábado, 1 de junio de 2019


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VIENTRE DE MUJER

Por Lynn Vargas de Candelario



 Hoy quiero escribir algo,
De un lugar ignorado,
Que todo el tiempo lo vemos,
Y nunca lo valoramos.

Muchos lo ven curveros,
Otros, un simple ombligo,
Algunos cargados de libras,
Y formas y colores, hay por pilas!

Su respeto es obviado,
Con un piercing es decorado,
El exhibirlo puede ser un camino,
Para algún hombre, ser conquistado.

La perspectiva se ha perdido,
Las niñas lo están maltratando,
Entre moda y reguetón,
Los valores se han volteado.

No se dan cuenta las muchachas,
El regalo que Dios le ha dado,
Un lugar de su propio cuerpo,
Que solo sabe hacer milagros.


Posee un canal perfecto,
Para que le aporten  la vida,
Que la hace madurar,
Con temperatura exquisita.

Cuando la vida quiere ver la luz,
Por su canal, ella transita,
Y con un dulce dolor,
Muy pronto, puedes abrazar esa vida.

Igual puede ser quirúrgico,
El vientre de mujer  aguanta,
Siete capas cortadas,
Y en brazos, la personita soñada.

Muchas mutilan su vientre,
Para de esa vida, deshacerse,
Carga que cargan por siempre,
Y la felicidad, con su bebé, desaparece.

Unas son ignorantes,
Otras saben lo que hacen,
Las que tienen un futuro,
O las que su cuerpo no quieren dañarse.


Esas mujeres no se  imaginan,
La felicidad tan grande,
Cuando el vientre de mujer funciona,
Solo para convertirnos en MADRES!

Muchas no pueden serlo,
La suerte no está de su parte,
Pero más doloroso es,
Cuando una mujer no quiere ser madre.

Nosotras las mujeres,
Poseemos un lugar sagrado,
Nuestro cuerpo es bendito,
Y capaz de hacer milagro.

De nosotras depende,
Toda la humanidad,
Y eso no es suficiente,
Para cambiar tu mentalidad?

Deja los pantalones bajitos,
El piercing en el ombligo,
Los movimientos obscenos
Y deja tu vientre tranquilo.


Qué  sentido tiene,
Con tu vientre seducir,
Cuando todos los hombres,
Te necesitan para existir.

Valórate, tal cual eres,
Eres mujer y tienes vientre,
Capaz de poblar el mundo,
Y sonreir por siempre!




miércoles, 1 de mayo de 2019

La Onésimo se está Muriendo!

La Onésimo se está Muriendo!
Por Lynn Vargas de Candelario



La Onésimo, es la calle donde nací,
con aromas para reyes percibí,
un túnel de flores, formar yo ví,
cobijaba a todos, al pasar por ahí.

Desde pequeña, anduve ahí,
conocía a todos y ellos a mí,
el colegio, a un paso de mí,
y así, día a día, yo crecí.

Una calle perfecta para vivir,
esa fue la Onésimo que conocí,
vecinos queridos al subir,
y al bajar... Cuánto cariño recibí!

La Onésimo era preciosa, alegre y segura,
frondosos árboles, decoraban allí,
llenos de flores unidas entre sí,
formando un arco natural, para tí.

Era un paseo hermoso,
para el que no vivía por ahí,
La Onésimo Jiménez de aquel tiempo,
la que recuerdo, dentro de mí.

Pero, una mañana te ví triste!!
con voz quebradiza y ojos aguados,
Pregunté, Qué te pasa?
y sólo con un suspiro me respondiste.


Era la Onésimo!
La calle llena de flores, vecinos y calor,
de sombras y hogares llenos de amor,
ha desaparecido, sin dar explicación!

Los vecinos han dejado de existir,
con sus últimos suspiros, se han llevado algo de ahí,
una flor, una casa, alguna sombra,
y han transformado todo ahí.

El arco de flores que nos cobijaba
se ha convertido en  implacable sol,
las casas, ahora son negocios,
y los vigilantes, los vecinos de hoy.

Ya nada queda,
todo se ha ido,
hoy la Onésimo es un trillo,
para acortar caminos.

Aunque la Onésimo esté muriendo,
me queda el dulce recuerdo,
de crecer en una calle hermosa
y entre sus árboles, sembré mis recuerdos.





(Dedicada a la calle Onésimo Jiménez de Santiago, donde crecí)
La Onésimo se está Muriendo!
Por Lynn Vargas de Candelario



La Onésimo, es la calle donde nací,
con aromas para reyes percibí,
un túnel de flores, formar yo ví,
cobijaba a todos, al pasar por ahí.

Desde pequeña, anduve ahí,
conocía a todos y ellos a mí,
el colegio, a un paso de mí,
y así, día a día, yo crecí.

Una calle perfecta para vivir,
esa fue la Onésimo que conocí,
vecinos queridos al subir,
y al bajar... Cuánto cariño recibí!

La Onésimo era preciosa, alegre y segura,
frondosos árboles, decoraban allí,
llenos de flores unidas entre sí,
formando un arco natural, para tí.

Era un paseo hermoso,
para el que no vivía por ahí,
La Onésimo Jiménez de aquel tiempo,
la que recuerdo, dentro de mí.

Pero, una mañana te ví triste!!
con voz quebradiza y ojos aguados,
Pregunté, Qué te pasa?
y sólo con un suspiro me respondiste.


Era la Onésimo!
La calle llena de flores, vecinos y calor,
de sombras y hogares llenos de amor,
ha desaparecido, sin dar explicación!

Los vecinos han dejado de existir,
con sus últimos suspiros, se han llevado algo de ahí,
una flor, una casa, alguna sombra,
y han transformado todo ahí.

El arco de flores que nos cobijaba
se ha convertido en  implacable sol,
las casas, ahora son negocios,
y los vigilantes, los vecinos de hoy.

Ya nada queda,
todo se ha ido,
hoy la Onésimo es un trillo,
para acortar caminos.

Aunque la Onésimo esté muriendo,
me queda el dulce recuerdo,
de crecer en una calle hermosa
y entre sus árboles, sembré mis recuerdos.



(Dedicada a la calle Onésimo Jiménez de Santiago, donde crecí)