Por Lynn Vargas.
Cuando todo acaba,
solo quedan enseñanzas,
se marcha la lucha amarga,
y viene reinando, la esperanza.
Cuando todo acaba,
se nos muere el alma,
desaparece la sonrisa,
y nos brota una lágrima.
Cuando todo acaba,
se siente el corazón vacío,
la vida hecha un lío,
y nuestro rostro despresumido.
Cuando todo acaba,
nos azota la tormenta,
como agua fría, helada,
nada mejor que la cobija y nuestra cama.
Cuando todo acaba,
el sol espera su turno,
toda tormenta pasa,
así, como seca el suelo,
también seca las lágrimas.
Cuando todo acaba,
pasa la tormenta,
sale el sol que reverbera,
y con sus rayos, nos calienta el alma.