martes, 18 de junio de 2013

LA PESADILLA DE UN TRAGICO ACCIDENTE

Este cueneto lo escribi el 5/2009. 
Hoy en dia algo cotidiano el enterarnos de que alguien paso por la experiencia de un accidente, cuando lo pueden contar. 
Abrochemos nuestras vidas al cinturon y transitemos con moderacion...







LA PESADILLA DE UN TRAGICO ACCIDENTE



Era domingo. Mis amigas y yo habíamos acordado la noche anterior,
pasarnos el día en la playa, para salirnos un poco de la rutina, el
estres de la semana, los hijos, el trabajo, en fin, y decidimos armar
el viaje y emprender nuestra aventura.



Al amanecer, estábamos llenas de entusiasmo, nos fuimos con el traje
de baño puesto para no perder tiempo, gafas, toallas, bronceador,
bultos por doquier, picaderas, unas cervezas en las manos, alegria y
arrancamos...



Durante el camino, recibimos algunas llamadas de nuestros familiares,
para desearnos el buen viaje, ibamos oyendo música y cantando a voz en
cuello todas las canciones, hicimos muchas anécdotas de experiencias
que nos habían ocurrido, que en en momento fueron situaciones
difíciles, pero en la actualidad, ya eran motivo de risa.

Ibamos a Puerto Plata, nos fuimos por la carretera turística, con
distantes y pobres casitas, árboles, era un paisaje hermoso, pero las
precipitaciones de tierra en las montanas nos puso la concentración en el camino. Ya
no estábamos cantando, sino, simplemente conversando del paisaje que
nos envolvía, las praderas florecidas, montanas reforestadas y tramos
de carreteras que intimidaban al mas experto en el volante.



Era un camino largo, y prevalecía el peligro, ya que había llovido
mucho en dias anteriores, lo que conllevó a que la carretera se hiciera más angosta, algo
resvaladiza, tramos con barrancones sin señalizar, que exponian la
vida de los que transitabamos..



Ya teníamos gran parte del recorrido andado, cuando, alcanzo a ver el
mar con su azul intenso, mi corazon se llena de ilusion... ya estamos
llegando a nuestro destino maravilloso... bajo los cristales del vehículo para poder ver aquella belleza con más
nitidez y para recibir en mi rostro la caricia de la suave brisa,
conbinada con el calor de los rayos del sol. Solo me imaginaba llegar
a nuestro a aquella playa, una de las tantas de nuestro pais, entrar en esas aguas cristalinas de aquel mar
imponentemente hermoso, caminar en la arena, sentir la sensacion de
libertad que habla el viento haciendo revolotear mi largo pelo, mi
piel bronceada... cierro mis ojos, imagino... pero, en ese momento,
sin darme cuenta,  cuando despierto, al instante y sin entender de
donde salió tan inmensa patana, que viene bajando a una velocidad
temeraria, violando leyes de transito de no vehiculos pesados por esa
carretera, el chofer desesperado, sin poder frenar, me toca
una bocina estrepitosa y desesperada, pero ya no había tiempo de yo defenderme... había llegado mi momento, cuando ocurrió el impacto inevitable... no recuerdo mas nada... solo ese angustioso momento...



Salí de mi cuerpo sin vida, pude verlo como quedo abrazando la bolsael volante y mi rostro como dormido sobre la bolsa de aire, queriendo defender su vida. Pobre yo!
Mucha sangre en mi rostro y sobre mi cabeza, que se deslizaban por todo mi cuerpo...



Mi carrito resultó material inservible.



Flotando en el aire, observo a mis amigas, no se encontraban bien, una
estaba llorando mucho, histérica, por el momento y el dolor de su cadera y brazo; era la que iba a mi lado y  fue la primera persona que se había percatado de que conmigo, jamás podía contar para una nueva
aventura.


Mis dos restantes amigas que venían en el asiento trasero se quejaban
de mucho dolor tambien, hubo fracturas de huesos en las tres, en diferentes
partes de sus cuerpos, pero estaban concientes, y con ellas el
accidente no pasó a mayores. Las podia observar, y me tranquilizaba
que ellas iban a poder seguir su recorrido de sus vidas, junto a sus
familias y no corrieron mi suerte...



En el momento, llegaron cientos de moradores de la zona a curiosear, y
tratar de ayudar a sacar las personas vivas del carro, pues las
puertas del vehículo se condenaron con el impacto con la patana y no
podían salir, además las muchachas estaban con mucho dolor de los
golpes lo que les imposibilita salir por ellas mismas.


Cuando al fin llegan nos logran sacar del vehículo, se abrazan, como pudieron, las tres y
lloran por la pérdida de su amiga, por el susto, porque la ambulancia
no llega hasta media hora más  tarde y era un sinnúmero de
sentimientos encontrados en ese momento pero no podían resolver
ningunos, solo esperar y en esa espera, la angustia se hacia mayor..



Las veía tristes, desamparadas, yo también las abrazaba, las
consolaba, les hablaba, pero ya no me escuchaban, ni me sentian...



Cuando llega la ambulancia, observo éstas personas con sus uniformes,
sus guantes, y ven mi cuerpo inflamado por los golpes recibidos y
bañado en sangre, pero fríamente me toman por los brazos y dicen que
quedé atorada entre el volante y el sillón, pero que hay que sacarme
de ahí a como de lugar. Halaron fuerte, pudiendo sacar mi cuerpo sin
vida, me acostaron en medio de la calle, necesitaba la posicion bien
recta, para luego acomodarme en la camilla y llevarme a la morgue del
hospital y levantar mi acta de defuncion.



Mis amigas avisaron a mi familia, desde la ambulancia ya que ellas
también necesitaban atención médica.



Mi madre sufrió un estado de shok, no podía creer lo sucedido. Mis
hijos estaban con una profunda pena, solo lloraban, derramando por sus
mejillitas lagrimas de inocencia, de dolor y un gran temor de
imaginarse un futuro incierto sin mí. Era desgarrador ver aquello...



Me prepararon, yo podía ver todo, estaba como en el aire, sabía hasta
lo que pensaba la gente, o lo que sentía el corazón de cada quién, eso
me gustaba, lo que no me agradaba era que no me podían ver, nadie me
podia escuchar, la gente pasaba a través de mí y nadie me
percibía...era asombroso!



Me pusieron muy bonita, con un vestido nuevo, que estaba colgado,
esperando una ocasión especial con mi esposo, para estrenármelo, era un vestido que me
encantaba, azul como el mar que estaba observando cuando tuvimos
el accidente, ya me habían lavado el cabello, estaba bien limpia, no
parecía que momentos atrás ni me conocía yo misma, me maquillaron
suavemente como me gusta y me acostaron en mi nueva morada, mi nueva
cama para el descanso eterno, mi gris y elegante ataúd.
Me dirigieron a la funeraria, en aquel oscuro vehiculo.



Cuando llegué a aquel lugar, había mucha gente, algunas tranquilas y
otras llorando en una sala, luego las personas que me llevaban
abrieron la puerta del salón donde colocaron mi ataúd sobre un
pedestal, y lo abrieron para que me observaran dormida, así parecía y
así me sentía.


Mi cuerpo estaba ahí, expuesto a todos, el ambiente se torna tenso,
muy triste y se escucha un suave, pero incomodo murmullo de los
presentes.
Mi madre, agarrada de manos de mis hijos, con mucho temor, dolor,
desgarrada de la tristeza, se acerca lentamente a verme, pero mis
hijos se le sueltan de sus manos con rapidez y se me echan encima en un abrazo no correspondido. Mis
hermanos no podían hablar de la tristeza de aquel momento.
Mi esposo, con su mundo deshecho, pobrecito!

 Me sentía ahogada,  quería ser uno de ellos, no estar en el aire, me
sentía libre y algo mágica, pero presa, necesitaba estar con ellos y
abrazarlos, mis hijos eran mi mayor tesoro y los dejaba muy chiquitos, pero no
sabía cómo volver, no quería irme ahora.



Era algo extraño, porque estaba ahí, pero no me veían y  entre lloros,
flores que no dejaban de llegar, ropas negras y el sacerdote para
comenzar la misa de cuerpo presente para ayudar a mi alma a elevarse
hasta el cielo... no queria dejarlos, nooooo!!!!
Cuando el sacerdote comenzó su omilia, llegó un ángel blanco precioso, impecable, con
unas alas enormes, facciones perfectas, voz muy dulce y me invita a ir
con él, me agarra de la mano, y vamos caminando en el aire sobre todos
mis dolientes. Me dice que siempre estará a mi lado hasta la
eternidad, también me explica que ya no pertenezco al mundo terrenal,
sino al divino, pero todavía me sentía ahogada por lo que dejaba
atrás, mi familia... era desesperante, pero ya no podia volver con
ellos.



Pasamos por un puente muy grande, lleno de una luz que jamás había
visto en la Terra, era muy intensa pero no molestaba, al contrario, te
llena de paz. El puente estaba lleno de ángeles muy parecido al que me
habían asignado, era algo realmente divino, inexplicablemente bello.
Oia el sonar de arpas, una sinfonia jamas escuchada, no tenia miedo,
aunque volteaba la mirada hacia atras, buscando un iluso regreso a
casa...



Al final del túnel alcancé a ver una gran puerta, era inmensa, muy
bonita, con destellos de luz que salían de su borde y le pregunté al
ángel que significaba esa gigantesca puerta, lo que me contestó que
era la puerta del cielo, que ahí dentro me estaban esperando para una
fiesta celestial, que yo misma la tenía que abrir porque era la
decición mía la que valía, porque Dios no me iba a obligar a nada,
pero que siempre recordara que en el cielo iba a estar mejor que en la
Tierra, que desde ahí iba a poder cuidar, proteger y proveer a mi
familia que estando abajo y que estar con Dios no tiene comparación
con nada, pero Dios no queria tenerme obligada, la decision final era
muy personal.



Llegué a la gran cerradura, la agarré, estaba loca por conocer a Dios
y pedirle algunas cosas personalmente, pero también lo que me dijo el
ángel era muy tentador.Me seguia ahogando el sentimiento de que mis
hijos jamás pudieran saber lo que era el calor de una madre, el hablar
conmigo de sus cosas, el poder llorar sobre mis piernas, o el yo
poderle preparar sus cumpleaños... Mi esposo solo, el resto de la familia triste...



Dios ya sabia mis sentimientos, aun sin expresarselos y El me abrió la
gran puerta y dió unos pasitos para llegar a mí, era alguien
verdaderamente hermoso, es que sólo el ver su rostro, uno se llena de
algo tan magico que es inexplicable, es bello, es grandioso, es
simplemente DIVINO y con gran dulzura de padre celestial me dijo:


-Hija mía te amo, siempre confía en mí, siempre recibo las almas que
acuden a mí en sus oraciones, al igual que las que tocan mi puerta,
eres libre de decidir, porque de todos modos estaré siempre a tu lado, aqui conmigo o en la Tierra donde te di la oportunidad de nacer...



Lloré mucho porque tampoco quería dejar a Dios, era impresionante lo
que me estaba sucediendo en ese momento, era ante la presencia de Dios
que me encontraba, pero pensé que si yo podía ser mágica, podía ver el
corazón de las personas, podía leer los pensamientos, podía
desplazarme en un segundo a las distancias más lejanas, si eso era yo,
que sería Dios!

Ahi entendi, que EL tenia todo el poder, y podia darme un espiritu que
me resucitara y volver a la vida para estar con ellos, pero era mejor
estar con Dios...

Me sumergí en un mar de lágrimas, me desesperaba el no tener aire en
mi cuerpo, me estaba enfermando, sentia sensacion de sudor, no sabía
cómo entrar de nuevo al mundo terrenal, era agobiante, frustrante, no
sabia que decidir, eran dos fuerzas muy fuertes y Dios era Dios...!

En ese momento, entre llanto, impotencia, desesperación... llego un
destello de luz a mis ojos, haciendo que se abrieran, y suspendio mi
llanto, cuando..desperté.



No lo podia creer...todo fue una pesadilla de un tragico accidente!!

Yo estaba en mi cama, no en un ataúd, me pellizqué a ver si
verdaderamente estaba viva y me dolían los pellizcos que me daba, y disfrutaba de esa sensacion.
Mi esposo estaba placidamente durmiendo a mi lado, como todas las noches!! 
Fuí de inmediato a las camitas de mis hijos,
y ahí estaban, durmiendo, como ángelitos, llenos de paz, pero entre
sollozos los abracé a los dos, no me quería separar de ellos ni un
instante, pero los dejé que durmieran tranquilos, porque teníamos
mucho que compartir... ahora tenemos toda una vida por delante...!



Al día siguiente fuí a ver a mi madre, ella estaba afanosa como
siempre en sus cosas del hogar y mis hermanos en la lucha del cada
día, todo estaba perfecto.


Mis amigas no tenían ni un rasguño, estaban como siempre, llenas de
planes e ilusiones y un porvenir repleto de planes increibles, en los que yo tambien soy parte...



Estaba realmente feliz, y con mis pulmones hinchados de emocion, di
gracias a Dios por todo lo que me había regalado, por devolverme al
lado de mi esposo amado, mis valiosos hijos, por esta nueva oportunidad de vivir, porque estaba
segura que en cualquier momento me estaba observando, escuchando y
acogiendo mis oraciones, dejandonos un camino libre, porque Dios no
nos OBLIGA A NADA!!